La labor Docente
LA LABOR DOCENTE
El abordaje al siglo XXI, la tecnología y sus avances vertiginosos, han sumergido a la humanidad en un mundo totalmente digital. Pequeños, jóvenes y adultos todo lo hacen por internet, ya casi no se interpersonaliza sino, virtualmente. Las redes sociales como Facebook, twitter, Skype y wassap, entre otras, mantienen asidos a esta generación, a un aparato electrónico que posea señal wifi. La comunicación digital se ha convertido en el quehacer obligatorio de todos: Niños y niñas ya piden celulares inteligentes para jugar y hablar con sus amigos, jóvenes pasan casi todo su tiempo en redes sociales chateando y degustando todo el abanico de posibilidades del mundo del entretenimiento electrónico. En fin, la tecnología se encuentra en el orden del día de los hogares de este maravilloso mundo.
En medio de este panorama surgen algunos interrogantes, ¿Qué papel desempeña el docente y cómo asumir ese rol en este siglo?
Para dar respuesta, se hace necesario ser conscientes de las significaciones de esta magna labor.
En el sentido más primario es enseñar algo a alguien que no sabe y que éste, además de usarlo para su propio bienestar, lo haga trascender en beneficio para la comunidad. Dicho de otra manera, la labor docente, está en manos de “un perito arquitecto”, de una persona que de su entrega al estudio y de su praxis, adquiere la competencia para transmitirlos a otros bajo el dominio de una pedagogía eficaz que redunde en la apropiación de un nuevo conocimiento para los aprendices.
Lo anterior adquiere sentido si se tiene en cuenta los siguientes aspectos:
1. Que este “perito arquitecto”, además de voluntad y ganas, desarrolle habilidades pedagógicas para enseñar; porque no es lo mismo poseer un conocimiento y saberlo enseñar, que tener ese conocimiento, sin dominio para transmitirlo.
2. La persona que recibe el conocimiento, despierte la actitud positiva de aprender y en consecuencia, llevarlo a la práctica, ya que si ésta, en verdad lo desea, hace lo necesario para su adquisición; en caso contrario, traería serias dificultades para la asimilación del mismo.
Por otra parte, la idoneidad en el desempeño docente en el presente siglo, además del conocimiento, se hace necesario ir de la mano acompañado del dominio, o por lo menos de un excelente manejo del Idioma Inglés, y de igual forma, de la tecnología. La “inherencia” de estas tres disciplinas confabula como un “estándar”, para que la labor del maestro sea acorde a las necesidades y/o demandas del discente contemporáneo.
Quien ejerza la docencia debe instruirse permanentemente manifestando actitud al cambio que la misma evolución, exige.
La profesión docente, dentro del marco anterior es gratificante. Eres el vínculo que lleva conocimiento a la sociedad y puedes “afectar” mentes, aún incidir en puntos de vistas, pero en especial, eres un transformador de vidas. Nunca se debe olvidar a Dios que es el Ser que te escoge y derrama el talento para realizar tan altruista (muchas veces) labor. Siempre sé agradecido y deposita tu confianza en él. Trata al máximo de hacer y de entregar siempre lo mejor de ti buscando la excelencia.
Finalmente, no dejes de prepararte para el futuro porque la vida misma está llena de retos que sólo los valientes como tú, lo asumen.